Esos momentos de la vida ...




Como prefiero ser claro y no andarme por las ramas os explico que una de las más importantes razones por las que no he escrito nada en estos últimos meses es que una persona muy, muy querida por mí, mi padre, falleció a finales de Enero de este año.

Es en esos momentos, que nunca nadie espera (aunque te hayan avisado los médicos), cuando, aparte de la normal reacción de tristeza, vacío y desconsuelo, te das cuenta de los aspectos importantes de la vida: No es el tener más dinero o más poder, o ser el más guapo, o el más fuerte, o ser el mejor en cualquier cosa o mejor que los demás. No es matarse a trabajar en espera de un futuro mejor. No es ninguna de estas cosas, no.

Cuando ves a tu padre postrado en el ataud, te está enseñando su última lección y una de las más importantes:
Que estamos en esta vida para aprovecharla lo mejor posible y para vivir el día a día con intensidad porque no sabemos lo que nos pasará mañana. Que debemos olvidarnos de muchas creencias equivocadas, que la auténtica riqueza está en nosotros mismos y en las relaciones que formamos entre familiares, amigos, compañeros de trabajo y el resto de la sociedad.

Y, que no importa tanto el destino como la forma en que hayas recorrido el camino porque ... Tanto el origen como el destino son inalterables y solo podemos elegir la forma de ir de uno al otro, de tu nacimiento a tu muerte.

 Yo, como mi madre, hemos vivido y disfrutado de la vida con mi padre mucho, apreciando esos instantes de felicidad que experimentamos en el día a día, cuando nos íbamos de vacaciones, etc.

Ha sido una vida bastante rica y entre otras muchas cosas, tengo que agredecerle a mi padre su experiencia, sus consejos, la forma en la que me enseñó a afrontar los problemas, a ser responsable, a creer en el trabajo duro y a reconocer que todo lo realmente importante y valioso sólo se consigue mediante la constancia, una voluntad de hierro y la ilusión.

También me enseñó a valorar y gozar la naturaleza y como ya he dicho, a alegrarme con las pequeñas cosas de cada día y también que el dar y ayudar a los demás es una de las vivencias que más nos hace humanos y más nos llena.

Lo importante es que para mi madre, mis familiares y yo, mi padre seguirá para siempre con nosotros tanto en el recuerdo como en el corazón, y que siempre contaré con él para seguir caminando en esta vida aunque ya no esté a nuestro lado.

Reconozco que en estos últimos tiempos también he sido un poco indolente con el Blog y que me encuentro cada vez más desplazado del mundo Notes porque en el trabajo ya no lo uso siquiera como cliente de correo.

Además, después de estar ocho horas dándole a la tecla y calentando las neuronas, no te apetece mucho sentarte de nuevo en tu casa delante del ordenador. Estoy haciendo más ejercicio con la bicicleta, dando largos paseos y tratando de cultivar mis hobbies así como la amistad de los grandes amigos que tengo, a los que tengo que agradecer de corazón su gran apoyo durante los días posteriores a la muerte de mi padre.

De todas formas, sabed que continuaré escribiendo en este blog, porque hay que seguir, recordando los mejores momentos y olvidando los menos buenos, y porque sé que eso es lo que querría mi padre que hiciera. La vida es así, y creedme, aunque pueda no parecerlo, como bien decía Max Ehrmann al final de su "Desiderata" :

 ... Y tanto si lo ves claro como si no, el universo evoluciona tal como debe. Por lo tanto, vive en paz con Dios, no importa como Lo concibas. Y sean los que sean tus afanes y aspiraciones, en la ruidosa confusión de lavida, vive en paz con tu alma. Con todos sus. fraudes, su rutina y sus sueños rotos, es un mundo hermoso. Sé alegre. Lucha por ser feliz.

Un abrazo para todos.

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